¿Cuántas veces has escuchado eso de que, con la edad, es normal perder algún que otro diente o sufrir sequedad bucal? Sin duda, uno de los mitos más extendidos con respecto a la salud bucodental es que la tercera edad es sinónimo de un estado deficiente de la boca. A pesar de que sí es cierto que, a partir de los 65 años, se producen cambios que pueden originar ciertas patologías orales, también lo es que llegar a la edad adulta con unos dientes y encías sanos es posible. ¿Cómo? ¡Te lo contamos!
La salud bucodental es calidad de vida
Una boca sana facilita la masticación y la deglución de los alimentos y, por lo tanto, el proceso digestivo. De la misma manera, también favorece la pronunciación correcta de los sonidos y la comunicación con los demás. Asimismo, reduce la entrada de bacterias en el organismo y previene la aparición o el agravamiento de problemas cardiovasculares y pulmonares, así como de la diabetes o incluso del Alzheimer.
Las personas que cuidan sus dientes y encías de forma adecuada presentan un menor riesgo de sufrir infecciones, sequedad bucal, cáncer oral, caries, problemas periodontales, derivados de la acumulación de placa bacteriana y sarro en las zonas interdentales y en la base de las encías, y pérdida de dientes.
Principales patologías orales durante la tercera edad
En muchas ocasiones, se sigue relacionando la caries con los niños y las niñas, cuando lo cierto es que, junto con la gingivitis y la periodontitis, es una de las patologías con mayor prevalencia entre la población. La caries no tratada puede avanzar hasta afectar a la pulpa dental, el interior del diente, por lo que puede ser necesario el tratamiento de los conductos radiculares – endodoncia – o, en los casos más graves, la extracción de la pieza. Por su parte, la periodontitis no solo afecta a las encías, sino también a los tejidos que dan soporte a los dientes. La retracción de las encías, el mal aliento y, en última instancia, la pérdida de dientes son algunas de sus consecuencias más significativas.
Por otra parte, la sequedad bucal es muy frecuente entre los y las pacientes mayores. En muchos casos, está situación está asociada a la ingesta de ciertos medicamentos o al Alzheimer. En todo caso, es importante tratarla, ya que la reducción de la producción de saliva, además de provocar una sensación desagradable, dificulta la masticación y la deglución y aumenta el riesgo de sufrir caries.
Las prótesis dentales mal ajustadas también pueden originar úlceras, llagas y pequeñas lesiones intraorales dolorosas. En este sentido, es fundamental el control de su desarrollo. En caso de no sanar en aproximadamente dos semanas, se debe consultar con el dentista. El cáncer oral, que se presenta en forma de pequeña úlcera, puede aparecer en los labios, la lengua y las mucosas. Sin duda, en este sentido, el tabaco, el alcohol y una higiene deficiente, aumentan el riesgo de sufrirlo.
Consejos para mantener una buena salud bucodental
Para prevenir cualquiera de estas patologías, es importante que el adulto mayor adquiera o corrija algunos de sus hábitos diarios con respecto al cuidado de la boca.
- El cepillado de los dientes debe realizarse después de cada comida, como mínimo, durante dos minutos. Además, es necesario limpiar los espacios interdentales con cepillos interproximales o hilo dental y la superficie de la lengua.
- Los enjuagues bucales, geles y espráis antisépticos solo deben utilizarse si son prescritos por el dentista.
- El cepillo de dientes debe cambiarse cada tres meses. De la misma manera, es recomendable almacenarlo con el capuchón puesto, en posición vertical y alejado del resto de los cepillos de la casa.
- Las prótesis dentales deben retirarse después de cada comida y limpiarse para evitar infecciones. Una vez retiradas, también deben limpiarse las mucosas y los dientes remanentes.
- Para combatir el síndrome de la boca seca o xerostomía, es importante mantenerse la boca y los labios húmedos e hidratados.
- La dieta sana y equilibrada es fundamental para una salud bucodental óptima. Para ello, toma abundantes frutas, verduras y proteínas y evita el exceso de productos azucarados.
- Es conveniente realizarse periódicamente una autoexploración de la boca para prevenir la aparición del cáncer oral.
Por último, las revisiones periódicas con el dentista ayudan a prevenir cualquier patología oral y/o a detectarla y tratarla de forma precoz. ¡Actúa siempre en prevención!